Comienza con un hilo de texto entre amigos. ¿Cuándo y dónde nos vemos? ¿Qué ruta? ¿Qué distancia? Hemos comprobado el tiempo. El desafío está sobre la mesa. Crece la expectación. La semana de trabajo va terminando. Llega la hora de pasarlo bien. De explorar nuevos lugares. De retomar el contacto. De hacer de la bicicleta tu válvula de escape. De dejar el tiempo atrás.
Vamos allá. El ritmo es tranquilo al principio. Exuberantes colinas verdes y vistas bucólicas se despliegan en la distancia. La cacofonía de la ciudad se desvanece. Las risas y las conversaciones informales llenan el aire de la mañana. Este es un lugar feliz. Viajando sobre dos ruedas. Rodeado por gente que te importa.
Entonces, tras un momento fugaz, el ambiente cambia. Ya no hay conversación. La respiración se intensifica. Tenemos una subida ante nosotros. Es hora de empujar. De empujar uno mismo. De exigirnos unos a otros. Es una carrera entre amigos. El derecho a presumir está en juego. Clic, clic Encuentra la marcha correcta. Levántate del sillín. Más fuerte. Tienes que darlo todo. Sufre.
En la cima, os reagrupáis y os recuperáis. Vuelven las risas. Se chocan los cinco. Se cuentas historias. Se toman fotografías. Y continuáis. Hay una excelente cafetería más adelante. Y otra subida. Después, un sprint al llegar a la ciudad. A continuación, rodáis más suave disfrutando de un paisaje impresionante.
Y, en todo momento, apenas tienes que preocuparte de tu bicicleta. Aunque, eso no significa que la hayas olvidado. Simplemente, tienes confianza en las elecciones que tomas. Esta es la experiencia Shimano Ultegra. Alto rendimiento. Precios asequibles. Innovación. La máxima fiabilidad. Ya sabes todo esto. Os apreciáis. Y, entonces, continúas pedaleando hasta la siguiente cima, confiado y satisfecho. Así pasarás todo el día, porque no estarías mejor en ningún otro lugar. Esto es lo más importante.