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“La escasa luz solar del día ya se desvanece en el plomizo cielo invernal. Las carreteras heladas reflejan nuestras luces como un espejo, y solo hemos recorrido la mitad de la distancia prevista. Se suponía que almorzaríamos en Gotemburgo, pero aquí la gente ya se está apresurando hacia sus casas para cenar. Supongo que tendremos que cambiar nuestro plan”.

¿De qué manera una ruta pasa a ser una aventura? Cuando lo inesperado se convierte en normal. Cuando se superan los límites de lo que parece posible e incluso sensato.

Mark Beaumont no es ajeno a los viajes épicos. Así que, en lugar de mirar al sur, como hacen la mayoría de los ciclistas de carretera cuando llega el invierno, se dirigió al norte, a Noruega.

Guerreros de invierno de Shimano

Acompañantes

Sus acompañantes en esta ruta 1.000 kilómetros fueron su bicicleta de carretera Argon18 equipada con Shimano DURA-ACE Di2 12 velocidades y su compañero de aventuras de toda la vida, el fotógrafo Markus Stitz. Están familiarizados con las largas distancias: ambos han dado la vuelta al mundo y Mark ostenta el récord mundial, de 79 días. Decidieron enfrentarse a un gran reto invernal, disfrutando juntos de un último gran viaje en 2022.

En ocasiones, el hogar puede estar en todas partes y en ninguna al mismo tiempo para aventureros como ellos Pero, en caso de duda, el hogar es de donde uno proviene, y con Markus conociendo gente tanto en Oslo como en Berlín, el punto de partida y de llegada estaban claros. Después de trabajar en la logística, encontraron una ruta que ya parecía bastante dura en verano, sin contar que ya faltaban pocos días para Navidad.

Atravesando cuatro países

Los dos guerreros del invierno pedalearon entre el 18 y el 21 de diciembre. No para batir un récord o marcar un tiempo rápido, sino para poner a prueba su equipo y su resistencia mientras atravesaban cuatro países conocidos por sus exigentes condiciones de conducción invernal. Empezaron en la nieve y el hielo, recorriendo la costa sueca, y con el objetivo de llegar a Berlín en solo tres días y medio para no perderse a Papá Noel.

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Bicicleta elegida

Algunos podrían optar por un enfoque más todoterreno, pero Mark decidió que su bicicleta de carretera equipada con DURA-ACE Di2 con ruedas de carbono DURA-ACE de 50 mm y cubiertas de 34 mm de ancho, que se adaptan al cuadro de la Argon18, sería la máquina escogida. Confía en esta configuración profesional, seguro de que puede hacer frente a las condiciones invernales. Pero, ¿estará en lo cierto?

Tras un fin de semana movido, preparando las bicicletas y el equipo, los dos héroes se pusieron en marcha en medio del intenso frío de Oslo. Aunque planearon su viaje meticulosamente, no quisieron correr ningún riesgo y llevaron todo el equipo necesario para su atrevida epopeya de diciembre. Los años de experiencia vienen muy bien para estos casos y Mark sabe exactamente qué llevar y dónde ponerlo en su bicicleta.

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Viento helador

La nieve es espesa y el cielo está despejado en Oslo. La temperatura es de unos -6º, pero el viento hace que la sensación térmica sea aún más fría. La primera etapa es "corta": Mark y Markus solo tienen que recorrer 150 kilómetros, pero aquí el día se parece más a la noche en esta época del año. El sol se pone a las cuatro en la capital noruega y el mercurio también desciende, y la intrépida pareja se enfrenta a un penetrante viento en contra.

Ajenos a lo que les espera, Mark y Markus siguen disfrutando del viaje a través de la nieve y el hielo, aunque a veces es resbaladizo, incluso con cubiertas de 34 mm. Al fin y al cabo, esto es para lo que han venido, realmente parece un recorrido navideño, una experiencia totalmente diferente. El mero hecho de conservar el calor con estas temperaturas quema muchas calorías, por lo que es crucial comer lo suficiente.

Coches accidentados

Por supuesto, los dos sabían que las condiciones serían difíciles. Lo que no previeron fue el frente de lluvia helada que cubrió el norte de Europa en su primera noche, convirtiendo las carreteras transitables en traicioneras pistas de hielo. El último tramo hacia Suecia resulta imposible de recorrer sin arriesgarse a sufrir un accidente. Incluso caminar requiere equilibrio y nervios templados. Tras algunas deliberaciones fuera del puesto de control fronterizo, decidieron solicitar transporte para el tramo final hasta el hotel, justo al otro lado de la frontera, en Suecia. La cantidad de coches accidentados que ven a lo largo de este corto trecho es la confirmación de que tomaron la decisión correcta.

Sentados para cenar

El segundo día, Mark y Markus se despiertan con un cielo oscuro. En el menú hay 300 kilómetros en dirección al sur, pero al parecer, el tiempo tiene otros planes. Todavía hay nieve en el aire y hielo en las carreteras. Se ponen en marcha, aunque su objetivo parece ambicioso, ya que habían planeado alcanzar una media de unos 22 kilómetros por hora, pero en ningún momento lo consiguieron. Siguen empujando contra el fuerte viento en contra, pero en lugar de llegar a Gotemburgo alrededor de la hora del almuerzo, lo hacen cuando los lugareños suecos se están sentando a cenar.

En cierto modo, esto está resultando ser exactamente la aventura que estaban buscando. Un desafío atmosférico para recordar, algo que les ponga a prueba de verdad. Si quieren llegar a tiempo para las celebraciones navideñas, tienen que idear un plan rápido. Como son viajeros experimentados, se dan cuenta de que la única forma de llegar a Berlín en la fecha prevista es saltarse Dinamarca por completo y tomar un ferry de Gotemburgo a Kiel, en el norte de Alemania.

Sensación de derrota

Para algunos ciclistas, esto podría parecer una derrota, pero este dúo ya ha demostrado lo que pueden hacer cuando se les pone a prueba. Mark ganó la carrera GBDuro en 2021 y batió el récord de la North Coast 500 al año siguiente, recorriendo la ruta de las 500 millas en algo menos de 29 horas. Sabe lo que es sufrir, pero también cuándo está en la carretera para disfrutar, haga el tiempo que haga.

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Una pequeña paliza

Además de los dos ciclistas, su equipo también recibe una pequeña paliza. Nieve, hielo, gravilla, luego sal y barro: es lo peor que puede pasar. Mark sigue contento con su elección. “Es agradable no tener que pensar ni preocuparte por tu equipo,” dice. “Solo te concentras en mantenerte sobre la bicicleta y seguir avanzando. Es agradable que cada cambio siga siendo tan preciso como cuando salimos. Incluso los frenos parecen ir bien, aunque no muchos ciclistas profesionales montarían este grupo Shimano en estas circunstancias. Me gusta mucho la configuración sin preocupaciones ni complicaciones. Ni siquiera la batería parece verse afectada por las temperaturas bajo cero, pues aguantó fácilmente sin necesidad de recarga. Es impresionante lo que puede aguantar este equipo”.

Implacable

El ferry que cruza el Mar del Norte es una grata sorpresa. Mark y Markus disfrutan de un poco de calor y comodidad mientras se dirigen a la ciudad portuaria de Kiel, en lugar de Rostock, como estaba previsto. Por desgracia para ellos, en cuanto vuelven a salir al aire libre sobre dos ruedas, la lluvia les recibe. Sí, puede que haga unos diez grados más, pero el aguacero es implacable mientras se dirigen hacia el sur, siguiendo la antigua frontera entre Alemania Occidental y Oriental. Debido al cambio de planes, ahora tienen que recorrer 350 kilómetros de Kiel a Berlín, en lugar de los 230 de Rostock, donde se suponía que iban a empezar su última etapa.

Como el ferry atraca en Kiel a las diez de la mañana, deciden dividir esta última etapa en dos partes. El paisaje está oculto por capas de nubes y niebla, mientras pedalean a través de una bruma interminable. Por suerte, no solo tienen bicicletas bien equipadas, sino también van bien abrigados, algo esencial para un recorrido maratoniano como este.

Finalmente, el tiempo amaina y Berlín aparece ante sus ojos al atardecer. Eligen el monumento más emblemático de la ciudad, la Puerta de Brandeburgo, como meta oficial. Cambiar la calma de la ruta por el bullicio urbano es algo que Mark agradece.

Meditación

Utilizó el duro viaje hacia el sur como una especie de meditación. “No solemos hablar mucho mientras pedaleamos, pero nos divertimos y nos reímos ante la adversidad durante nuestras paradas para descansar,” dice Mark. “La verdad es que lo disfruto, y los dos estamos tan acostumbrados a viajar solos que también es agradable poder compartir el silencio. Es importante viajar con personas y equipos en los que puedas confiar y que no necesites cuidar todo el tiempo”.

Al final, Mark y Markus recorrieron casi 600 kilómetros en tres días y medio. Ambos coinciden en que la parte invernal de Noruega fue la más bella e inspiradora del viaje. “Cuando quieras vivir una verdadera aventura invernal, debes llevar tu bicicleta a la oscuridad y la nieve”, dice Mark. “Por supuesto, el ciclismo en Mallorca es agradable, pero mi bicicleta se sintió como en casa también aquí en invierno. Si quieres poner a prueba, no solo tu cuerpo, sino también tu mente y tu equipo, ve a recorrer en bicicleta las carreteras de Escandinavia en invierno", dice con una gran sonrisa en la cara.

Acerca de Mark Beaumont

Durante las dos últimas décadas, Mark ha superado los límites del ciclismo de resistencia, ha hablado en miles de eventos y ha trabajado en más de 100 países. Entre otros récords Guinness, sigue siendo la persona que más rápido ha dado la vuelta al planeta en bicicleta. Vive en Edimburgo, Escocia, con su esposa Nicci y sus dos hijas.

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